ANNA escribió:Hola Baubo,
pues todos tenemos "momentos", momentos en los que nos apetece una cosa y otros momentos como que no tenemos tantas ganas. Es normal.
Pero lo que comentas de negarte, no se si podría ser debido a una influencia paterna de cuando eras pequeño, alguna circonstancia en la que disfrutabas haciendo una cosa y tu padre te la prohibía o te castigaba por ello. Te impedía ser tú mismo.
¿Tienes algún recuerdo sobre ello?
O ¿Es que cuando realizas alguna cosa que te gusta, le pones tantísimo entusiasmo que luego te apetece un período de más calma, de tomarte las cosas de forma más tranquila, como que necesitas desconectar y equilibrar un poco ese ímpetu?
¿Que opinas?
Hola Anna,
si, es increíblemente esas dos cosas. Por un lado, la pareja de mi madre me prohibía todo y era castigada por todo, además, por existir. Por otro, si, durante mucho tiempo tuve responsabilidades que no eran acordes a mi edad, y eso provocó que durante muchos años desee hacer cosas que hacían los demás, lo que produjo que al encontrarme haciendo lo que siempre había querido ese entusiasmo tan grande me producía una conmoción que casi me desequilibraba. Así que lo que decís es así, esa adrenalina hace que busque por otro lado tranquilidad.
Parece que aunque lo traté durante mucho tiempo eso me afecta,
gracias !