da iñigo » Thu Feb 14, 2008 8:49 pm
Estimada Fatima:
En tu primer mensaje decias:
"La Estrella está vertiendo los suyos en un terreno pantanoso en lugar de hacerlo en un terreno con desnivel para que corra y fertilice por donde pasa"
En el segundo te has retractado y me parece estupendo:
"Para mi el terreno de La Estrella NO es pantanoso, en cambio el de la Luna si."
Vamos al análisis terminológico:
El terreno de la Estrella es por así decirlo salvaje y rico ¿de acuerdo?, no como el de la luna que es un estanque, es decir, una construcción humana y bastante racional. De hecho parece un hexágono por un lado, y por otro una orilla, recordemos que la irregularidad es la que introduce la divinidad. Las personas solemos hacer las cosas por una lógica causa efecto, y con planes. Ponemos acotación a nuestro interior a través de las explicaciones ajenas, sumergiendonos en un regimen de dominación que pasa a explicar nuestro interior. Así nos dicen cuando tenemos que estar tristes cuando tenemos que reir, cuando llorar, cuando sentir miedo etc.
Mientras la emoción en la estrella recibe esa energía divina que le hace postrarse y derramar el contenido de las jarras, en la luna está el bicho ese.
Bueno, sin irme por las ramas, lo de pantanoso ha sido una reutilización desafortunada de una palabra.
Me refería a lugar "salvaje", ¿mejor?.
En la estrella el ser humano actúa sobre esa emoción natural, en estado puro, en el sentido de abrupta. En la luna se ha puesto acotación a nuestra psique.
Una vez que aceptamos o abrazamos una actuación, codificamos nuestra emoción con un fin, creamos un estado de receptividad que filtra el agua y hacemos una representación del mundo. En lugar de poder reflejarnos en el agua del estanque vemos que algo emerge de el, algo que no es agradable.
El agua está quieta, y creo que te refieres a que está delimitida, estoy de acuerdo.
Pero si miras el agua, está bastante agitada, parecen las interferencias de una tele antigua.
Es decir, todavía tenemos que seguir con nuestro trabajo emocional, porque hay que llegar a la XXI!
La luna, la receptividad, aquello que alimenta nuestros sueños, nuestras ideas, nuestros secretos, es clave para saber a qué damos importancia en nuestra vida. En función de esa receptividad tendremos una imagen de nosotros u otra.
Por lo demás y a parte de ese deliz terminológico y pantanoso, comparto tus opiniones sobre el problema de la estanqueza del agua.
Ánimo y saludos para ti y para el resto de taroteros.