Sí, Toñy, es muy doloroso ver como generación tras generación no podemos evitar el sufrimiento a nuestros hijos. Parece que no acertamos. Esa calma de espíritu, la Templanza, es la que más nos ayuda ante la vorágine de acontecimientos. Para una madre es fácil siempre ver la bondad y belleza de nuestros hijos es el mejor soporte que tenemos y el mejor regalo para ellos, desde ahí es más fácil ayudar.
Respecto a porqué se repiten patrones, en mi opinión, este mundo, la cultura en la que estamos, el sistema por el que nos organizamos, pues no nos ayudan nada, muchas dificultades muchas cosas a arreglar, en las relaciones y en las actitudes de todos. La buena voluntad suele topar de frente con gruesos muros.